¿Para qué sirve este examen?

La endoscopía digestiva es un procedimiento médico que se utiliza para examinar el interior del tubo digestivo, que incluye el esófago, estómago y intestino delgado. Durante el procedimiento, se introduce un tubo delgado y flexible llamado endoscopio a través de la boca o el ano de la persona, hasta llegar al tubo digestivo. El endoscopio está equipado con una luz y una cámara, lo que permite al médico ver el interior del tubo digestivo y realizar biopsias (tomar muestras de tejido) si es necesario.

La endoscopía digestiva se utiliza para evaluar diversos problemas de salud, como dolor abdominal, reflujo ácido, anemia, pérdida de peso sin causa aparente, sangrado gastrointestinal y sospecha de cáncer. También se puede utilizar para realizar procedimientos terapéuticos, como la remoción de cálculos biliares o la colocación de stents (tubos que mantienen abierto un pasaje obstruido).

La endoscopía digestiva es un procedimiento seguro y generalmente no causa dolor, ya que se realiza bajo anestesia local o sedación. Aunque es un procedimiento no invasivo, es importante seguir las instrucciones del médico antes y después del procedimiento para minimizar el riesgo de complicaciones.

En resumen, la endoscopía digestiva es un procedimiento médico que se utiliza para evaluar y tratar diversos problemas de salud relacionados con el tubo digestivo. Es seguro y no invasivo, y se realiza bajo anestesia local o sedación. Si tienes síntomas como dolor abdominal, reflujo ácido o sospecha de cáncer, es importante hablar con tu médico acerca de si la endoscopía digestiva podría ser una opción adecuada para ti.

Una endoscopia digestiva, conocida también como gastroscopia, es una prueba que se utiliza para diagnosticar e iniciar el tratamiento de enfermedades del aparato digestivo superior: esófago, estómago y el duodeno.

A su vez, el propio endoscopio cuenta con diversos canales en su interior por el cual se pueden introducir instrumentos que dan la posibilidad de realizar a la vez otras pruebas, como por ejemplo una biopsia o llegar a hacer tratamientos, como serían la extirpación de pólipos o nódulos y la cauterización de vasos sanguíneos sangrantes.