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Chile es el quinto país con mayor prevalencia de esta patología en niños y adolescentes varones. El llamado es a fortalecer las políticas públicas y a trabajar con la industria por productos más sanos.

Fuente / El Mercurio

Más de mil millones de personas ?niños, adolescentes y adultos? viven hoy con obesidad en el mundo, según un análisis global publicado ayer en la revista científica The Lancet. Esta tendencia, junto con el descenso de la prevalencia de personas con bajo peso desde 1990, hace de la obesidad la forma más común de malnutrición en la mayoría de los países.

Para el estudio ?realizado por la NCD Risk Factor Collaboration en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS)? se analizaron las medidas de peso y estatura de más de 220 millones de personas, de cinco años o más de edad, de unos 190 países, incluido Chile. Se buscaba comprender cómo cambiaron la obesidad y el bajo peso desde 1990 hasta 2022.

En los adultos, las tasas de obesidad aumentaron en más del doble entre las mujeres (de 8,8% a 18,5%) y casi se triplicaron en los hombres (de 4,8% a 14,0%) en el período analizado. En total, se estima que en 2022 vivían con obesidad casi 880 millones de adultos, una cifra cuatro veces y media mayor que los 195 millones registrados en 1990.

Asimismo, las tasas mundiales de obesidad se han más que cuadruplicado en niñas (de 1,7% a 6,9%) y niños (de 2,1% a 9,3%), con aumentos observados en casi todos los países. La cifra total de niños y adolescentes afectados por la obesidad en 2022 era de casi 160 millones, frente a los 31 millones de 1990.

En Chile, entre los adultos, había 3,4 millones de mujeres con obesidad en 2022, con una prevalencia de 45,2%, un aumento de 27,8 puntos porcentuales desde 1990. En hombres se registraron 2,4 millones con obesidad (prevalencia del 34,1%, un aumento de 23,7 puntos porcentuales respecto a 1990).

El documento destaca que uno de los mayores aumentos de obesidad infantil y adolescente se registró en el país: la magnitud del incremento superó los 25 puntos porcentuales entre los varones. De hecho, Chile es el quinto país con mayor prevalencia (32,9%) de obesidad en niños y adolescentes (de 5 a 19 años) del sexo masculino en 2022, con 620.000 que vivían con obesidad. Y se calcula que ese año había 400.000 niñas y adolescentes con obesidad (22,0% de prevalencia, un aumento de 16,2 puntos porcentuales desde 1990).

»Desde hace muchos años que en nuestro país hemos estado viendo un aumento sostenido del número de personas que viven con obesidad. Estos resultados, si bien no son sorprendentes, nos dejan muy preocupados», dice Rodrigo Muñoz, cirujano digestivo bariátrico y presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Bariátrica y Metabólica.

»Esto corrobora lo que ya se estaba planteando hace 20 años. Es algo que se veía venir y, si bien se han hecho algunos esfuerzos, no han sido suficientes», coincide Jean Camousseigt, nutriólogo de la Clínica Dávila.

Mejoras en la economía

Mónica Manrique, nutrióloga, coordinadora del Programa de Obesidad Médico Quirúrgico y jefa de la Unidad de Nutrición Clínica de la Clínica MEDS, opina que »la transición desde la desnutrición a la obesidad en los países como el nuestro se ha dado principalmente por mejoras graduales en la economía, lo que ha cambiado el tipo y cantidad de alimentos consumidos por la población, incrementando el acceso a los alimentos de menor costo que son los ultraprocesados, aumentados en grasas (saturadas) de origen animal, exceso de sal y azúcares».

Esta malnutrición, agrega, »se asocia además a la alteración de los otros cuatro factores de estilo de vida: disminución de la actividad física, alteración de los ritmos biológicos (como los horarios de comidas), disminución de las horas de sueño y alteración de la salud mental (como el aumento del estrés crónico)».

El problema es que »las personas que viven con obesidad ?una enfermedad crónica y multifactorial? tienen una mayor probabilidad de tener una serie de enfermedades como la hipertensión, la diabetes, el colesterol elevado, apnea obstructiva del sueño y tienen más riesgo de adquirir algunos cánceres», señala Muñoz. Además, añade, »desde el punto de vista emocional, los pacientes sufren mucha discriminación, incluso depresión y aislamiento social».

En términos de qué se puede hacer de manera individual, Muñoz señala que »las recomendaciones son tratar de tener una alimentación más saludable, disminuir al máximo el consumo de los azúcares en cualquiera de sus formas y favorecer mucho la actividad física».

Chile ha dado »señales muy positivas durante los últimos años» a nivel de políticas públicas. »Desde hace algunos años está la Ley de Etiquetado, que ha logrado modificar mucho la composición de los alimentos. También, se han establecido distintos planes, como el Elige Vivir Sano, y la cirugía bariátrica ?una de las alternativas más eficaces para los pacientes que tienen obesidad mórbida? ha logrado tener un acceso a poblaciones que antes no podían hacerlo mediante el beneficio que instauró el gobierno hace dos años atrás, que es el bono PAD de cirugía bariátrica».

A juicio de Manrique, aún hay acciones que se tienen que tomar, como »reconocer la obesidad como enfermedad crónica e implementar una guía de tratamiento a través del país». Asimismo, se debe lograr que »la industria colabore también con productos más sanos».





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