Pacientes del sistema público en listas de espera llegan a inédita cifra de 2,5 millones

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Es un 12% más que el año pasado. Expertos apuntan a problemas de gestión y productividad como factores. Ayer, en tanto, las autoridades de la cartera expusieron en el Senado y hablaron sobre los informes de la Contraloría.

Fuente: El Mercurio / Judith Herrera y Max Chávez

La situación de las listas de espera de los hospitales ha sido uno de los focos de debate en los últimos meses a raíz de su sostenido aumento y por las irregularidades constatadas por la Contraloría en la gestión de los registros de pacientes.

Y la preocupación por el escenario se exacerba, porque, de acuerdo con los datos del Ministerio de Salud a junio de este año, las cifras generales dan cuenta de más de 2,5 millones de personas -una cifra inédita-que esperan por atención en el sistema de salud público, un alza de 12% respecto al mismo período de 2023.

Productividad no recuperada 

Según un análisis de Libertad y Desarrollo, en parte el fenómeno se explica por un incremento de 20% de los pacientes GES con atenciones retrasadas, las que superaron las 83 mil con un incremento de 11% en las consultas de especialidad y de 16% en las personas que esperan por una cirugía. A esto se suma un alza de 11% de los pacientes en espera por consultas de nueva especialidad que llegaron a 2,1 millones y 16% en cirugías no GES (322 mil).

Pablo Eguiguren, director de Políticas Públicas de Libertad y Desarrollo, plantea que «esta situación es lamentable, pero no sorprende. La productividad del sistema de salud público no se ha recuperado tras la pandemia y no se han tomado medidas necesarias para mejorar».

«Mientras no haya cambios en la gestión de los propios recintos hospitalarios, como de los servicios de salud que los administran, y Fonasa no cumpla con su rol de asegurador de los afiliados, será imposible revertir la acumulación de gente que espera por ser atendida», advierte.

A juicio de Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, «los datos son la dura realidad en términos de que el modelo que ha aplicado el ministerio no da resultados y no va a terminar la lista de espera aún si le dan más plata».

El problema, dice, es que «no hay un modelo de gestión que permita evitar, por ejemplo, un exceso de derivación de pacientes de la atención primaria; que se pierdan los pacientes cuando ingresan a listas de espera; que permita gestionar a esas personas mientras han ingresado en algún registro; o cuando egresan por razones ajenas».

El especialista apunta a que «una complejidad más grave es que los directores de servicios y hospitales no sienten que el problema es propio, tienen la percepción de que los problemas se producen porque hay problemas en otros espacios».

Irregularidades

El fenómeno fue uno de los temas tratados en la sesión de ayer de la comisión de Salud del Senado, a la que asistieron las autoridades ministeriales.

Junto con comentar los datos, se habló de los informes de Contraloría que han detectado incongruencias en las plataformas de registros de pacientes.

La ministra de Salud, Ximena Aguilera, dijo que encontraban «graves todas las irregularidades o inconsistencias, porque dañan la fe pública. La mejor forma de superar eso en el corto plazo es darles más poder a las personas y que tengan mayor control sobre sus procesos».

Además, sostuvo que si bien trabajan en la interoperabilidad, se necesitan «recursos para ir implementando los servicios».

Sobre los sistemas de registro, el subsecretario de Redes Asistenciales, Osvaldo Salgado (PS), admitió que cambiarlos era «enormemente costoso para el país».

Para el senador Juan Luis Castro (del mismo partido), lo que ocurre no es solo un problema de gestión acumulativa, sino que local. «No dudo de la ministra, del subsecretario, pero hacia abajo tenemos problemas graves y ahí la responsabilidad tiene que estar focalizada en quién corresponde», señaló.

El legislador propuso que debe existir «un solo sistema unificado de listas de espera, igual como lo hay en la espera de donantes de órganos. Una sola lista con orden correlativo donde cada persona sabe en qué lugar se encuentra».



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Uso de fármacos biosimilares permitiría aumentar beneficiarios en terapias de alto costo

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El Estado podría ahorrar $22 mil millones anuales recurriendo a dicha alternativa, de acuerdo con estimación. Especialistas y autoridades coinciden en fortalecer la certificación y la confianza en dichos medicamentos.

Fuente: El Mercurio / Judith Herrera

Desde que Alexander Fleming descubrió la penicilina, en 1928, los tratamientos médicos han avanzado en gran medida, acompañados de nuevas tecnologías y métodos. Un ejemplo son las bioterapias, drogas que utilizan componentes biológicos contra enfermedades.

Aquí se insertan los biosimilares, fármacos muy parecidos a una bioterapia de referencia que ya ha sido aprobada y cuya patente expiró.
Su objetivo es alcanzar calidad, seguridad y eficacia comparables al tratamiento original (Ver Dato Clave).

Los biosimilares se han vuelto una alternativa para reducir gastos en salud, en especial de medicamentos de alto costo, ya que tienen precios más accesibles que sus pares originales. En Chile, por ejemplo, si se consideran solo algunas drogas, el Estado podría ahorrar más de $22 mil millones anuales, como plantea un estudio de la asociación gremial Pro Salud Chile.

Investigación

El análisis fue realizado en base a información publicada por la Cenabast en torno a cuatro drogas biológicas para terapias cancerígenas y de otros tipos (Adalimumab, Trastuzumab, Rituximab e Infliximab), que tienen opciones de productos de referencia y alternativas biosimilares registradas por el Instituto de Salud Pública (ISP).

Si hoy se gastan $40 mil millones, en un escenario de intercambiabilidad, el costo sería de $17,3 mil millones, una disminución de $22,7 mil millones.

Junto con reducir el gasto, también podría subir el número de pacientes que necesitan tratamientos de alto costo. Actualmente se atiende anualmente a un poco más de 10 mil personas con estas cuatro drogas. Si se utilizaran biosimilares, la cifra podría crecer hasta casi 19 mil, a raíz de los ahorros generados y reinvertidos.

“Los biosimilares representan una oportunidad concreta e inmediata de atenuar la crisis que vive el sistema de salud, donde no se ha podido aumentar la cobertura en término de número de pacientes tratados en distintas enfermedades cubiertas por GES y Ricarte Soto, en las se usan productos biológicos, especialmente en cáncer”, dice Jean-Jacques Duhart, vicepresidente ejecutivo de Pro Salud Chile.

Avances

En Chile, uno de los desafíos es potenciar la certificación de estas nuevas terapias que ya cuentan con la validación de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, en español) de Estados Unidos o la EMA (Agencia Europea de Medicamentos, en español).

Hace unos días, en un seminario sobre el tema, la directora del ISP, Catterina Ferreccio, apuntó a que con los biosimilares “podríamos tener un alto impacto en coberturas si logramos aumentar su certificación. Una de las tareas que me encomendó la ministra de Salud es aumentar esta capacidad en el instituto”.

En esa línea, comentó que una clave “es la colaboración internacional con agencias reguladoras, en un proceso que se llama confianza mutua, para poder utilizar reediciones que han hecho agencias reguladoras de alta calidad, reconocidas por la OMS y poder confiar en esas evaluaciones”.

Cecilia Rodríguez, representante de las organizaciones de pacientes Ciudadanía en Salud y Fundación Me Muevo, plantea que “en materia de terapias vamos avanzando rápidamente a drogas que son más precisas, que trabajan de mejor manera sobre la patología y con mejores resultados”. Sin embargo, dice que “dado eso, también han escalado los precios y por ende las brechas de acceso a estos tratamientos”.

Para la presidenta del Colegio Médico, Anamaría Arriagada, el ISP tiene un rol fundamental en esta área: “Debe aumentar la aprobación de estos productos y considerar establecer aprobaciones más rápidas cuando agencias como la FDA o la EMA ya los han aprobado”.

Agrega que también es importante la educación médica, “entendiendo qué son los biosimilares y reconociendo cuando están aprobados por agencias acreditadas. Así, podemos explicarlo a los pacientes para que no vean el cambio de un medicamento a otro como algo peligroso para su salud”.

“Debemos asegurar que los pacientes confíen en los biosimilares, ya que son una alternativa valiosa, especialmente para sumar más tratamientos y atender a más pacientes”, afirma.



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Plataforma usa algoritmo para la compra y despacho de medicamentos

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La propuesta de Búho es identificar los remedios en distintas farmacias y facilitar su envío a domicilio. Están en fase de crecimiento en el país.

Fuente: El Mercurio

Fue en 2021, en plena pandemia, cuando tres amigos ingenieros de la UC estaban a cargo de la compra de medicamentos de sus abuelos. “El proceso era complejo, demandaba mucho tiempo en traslado y filas en las farmacias, y por las grandes diferencias de precios que existen para un mismo producto entre locales, muchas veces terminábamos pagando de más”, explica Ricardo Susaeta, uno de ellos.

Para solucionar este problema, decidieron aprovechar su experiencia y desarrollaron las primeras versiones de un algoritmo que apuntara a ese problema. Se empezaron a sumar parientes, amigos y conocidos, ya que la iniciativa les resolvía este tema que implicaba un gran esfuerzo de varios miembros de las familias todos los meses. Luego de múltiples pruebas, pilotos e iteraciones, lograron lanzar la plataforma en febrero de 2023 y concretar Búho: una startup que ofrece una solución tecnológica enfocada en salud a través de una plataforma para la compra y el despacho de medicamentos.

“Nuestra plataforma utiliza un algoritmo para comparar precios en más de 14 farmacias, compra cada medicamento en la más barata y lo entrega a domicilio a cualquier parte de Chile en un solo pedido, generando un ahorro en el costo de los medicamentos y mejorando el acceso a productos difíciles de encontrar sin la necesidad de salir del hogar”, explica el CEO y cofundador, Ricardo Susaeta, que creó esta pro-Güell, fundadores de Búho. puesta junto a Joaquín Güell (COO) y Dan Ustilovsky (CTO).

Más de 25 mil pedidos

Hoy en día, la plataforma está disponible para entregas en todo el país (incluso Isla de Pascua, aseguran), y han completado más de 25.000 pedidos exitosos en más de 100 comunas. “En este proceso, hemos generado ventas de medicamentos valorizadas en más de US$ 1,2 millones y gracias al algoritmo tecnológico, generamos un ahorro promedio del 30% en comparación con los precios del mercado”, sostiene. Junto a su programa de acompañamiento para pacientes crónicos, también dicen que han logrado tener un 25% de recurrencia en sus usuarios, lo que, a juicio de Susaeta, “son buenos indicadores, y aún más positivos si se toma en consideración que solo llevamos cerca de un año y medio en el mercado”.

En el sector privado están integrados a los sistemas de clínicas y telemedicina para entregar cotizaciones automáticas de los fármacos recetados y así mejorar la adherencia a los tratamientos, mientras que en el sector público están implementando un programa de dispensación de remedios a domicilio y contactabilidad con el paciente. “

Estamos en pleno período de consolidación en Chile, donde esperamos mantener el crecimiento mensual del 15% que hemos tenido durante los últimos seis meses”, afirma el emprendedor. Para ello, están desarrollando acuerdos estratégicos con múltiples actores del área de la salud.

A principios de 2023 finalizaron una ronda de capital presemilla por US$ 400.000 con inversionistas ángeles, y hoy están en proceso de un nuevo levantamiento para mantener el crecimiento y consolidar la expansión que están buscando. “Nuestro objetivo final es expandir esta solución en toda la región”, dice Susaeta. Para ello, dice, están mejorando la experiencia en su plataforma web y buscando nuevos canales para atender a personas en zonas aisladas, adultos mayores o que no tengan acceso a internet en sus casas.



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Lista actualizada de fármacos para el cáncer en Fonasa recibe críticas por falta de nuevas terapias

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Pacientes con cáncer de mama triple negativo, uno de los más agresivos, no quedaron incluidas en la actualización. Subsecretaría de Salud Pública dice que no hay presupuesto para sumar más drogas.

Fuente: El Mercutio / Judith Herrera

Hace unos días, y luego de más de dos años de espera, se publicó la nueva resolución del Ministerio de Salud que actualiza el listado de Drogas Oncológicas de Alto Costo (DAC). Eso sí, el documento ha levantado críticas por la baja inclusión de terapias para el cáncer. Este sistema para afiliados a Fonasa, vigente desde 2019, busca entregar cobertura a los fármacos de mayor valor para quienes conviven con un diagnóstico oncológico que no se encuentra en GES ni en la Ley Ricarte Soto.

La nueva actualización incluye 10 tipos de tumores sólidos de adultos, con 20 tratamientos; cinco tumores hematológicos, con 13 terapias; y aplasia medular, con dos drogas.

No entrará en vigencia de manera inmediata, sino en seis meses más

Una de las críticas es que la resolución no entrará en vigencia de forma inmediata, sino en seis meses, lo que se traduce en más espera. En segundo lugar, apuntan, aún existe una brecha entre pacientes de Fonasa e isapres en relación con el acceso a terapias aprobadas.

Moisés Russo, asesor de Fundación Care y oncólogo radioterapeuta, plantea que “siempre habrá pacientes fuera y no se puede exigir que todas las opciones estén disponibles, pero sí se puede esperar una progresión, que no ocurre acá”.

“No hay avances importantes principalmente porque casi no hay grupos nuevos que se vayan a beneficiar; lo que hay son grupos que ya estaban y que tendrán más opciones”, advierte. Las pacientes con cáncer de mama triple negativo, uno de los más agresivos, no quedaron incluidas en la actualización, al igual que aquellas con cáncer cervicouterino. Es decir, no contarán con apoyo para adquirir los fármacos.
“No hay tratamientos óptimos en el sistema público y estamos viendo la tremenda brecha que existe con el privado”, cuenta Ana María Araya, directora de la Asociación Cáncer de Mama Triple Negativo.

“Si se demoraron dos años en sacar estos medicamentos, ¿ qué nos espera para el próximo?”, añade Víctor Flores, presidente de la agrupación La Voz de los Pacientes.
La hematóloga Mónica Romero, coordinadora nacional del grupo de estudio de leucemia mieloide aguda Grelam-Chile e investigadora del grupo de leucemia mieloide crónica, observa “con desilusión que en el área de hematología adulto no se incorporó ninguna de las drogas que ya están aprobadas en Chile por el ISP, que ya tienen un sustento científico clarísimo y que son de uso en el sistema privado”.

Gobierno descarta la incorporación de nuevos fármacos

Con todo, para pacientes y especialistas, aún queda tiempo para mejorar la resolución. Russo, ex jefe técnico del Comité de Drogas de Alto Costo, apunta que se puede trabajar en una nueva “durante los próximos meses para hacerla realidad”.

El oncólogo clínico Juan Pablo Miranda comenta que el estudio del cáncer “tiene un desarrollo mucho más rápido por las nuevas moléculas. Hay que comenzar a pensar en que debemos considerar todas las voces, asociaciones de pacientes, asociaciones de médicos, instituciones académicas, para estudiar esto y lograr un mejor manejo”.

¿Y qué dice la autoridad? “Si bien desde el ministerio concordamos en que es necesario incluir más tratamientos al listado de DAC para dar respuesta a las necesidades de las personas con cáncer, esto se podrá realizar en la medida en que exista holgura presupuestaria”, afirma la Subsecretaría de Salud Pública.
Añade que “al 30 de junio, la ejecución presupuestaria de la glosa 11 ha alcanzado el 51% del total asignado y, por lo tanto, se estima que a diciembre se habrá ejecutado más del 100%. Así, no existe holgura presupuestaria para la incorporación de nuevas drogas durante el presente año”.

Eso sí, indica que se solicitó “una expansión presupuestaria para el año 2025 con el objetivo de poder incluir nuevos tratamientos farmacológicos”. La subsecretaría adelanta que en diciembre se publicará un manual sobre las etapas para incorporar terapias en el listado, que incluiría la participación de las asociaciones de pacientes y de la comunidad médica en distintas etapas del proceso



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Compra de genéricos podría disminuir en 10% el gasto en medicamentos de hogares chilenos

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Estudio internacional analizó cuánto podrían ahorrar si optaran por dicha alternativa. Expertos apuntan a reforzar la educación sobre la bioequivalencia.

Fuente: El Mercurio / Judith Herrera

Agua, electricidad, transporte, alimentación son algunos de los gastos familiares a los que se suma uno crucial: la salud. De hecho, en Chile, el denominado pago de bolsillo de los hogares en este ítem es uno de los más altos de la OCDE, llegando al 32%. Y dentro de eso, los fármacos corresponden a un 40%.

«¿Cuánto podrían ahorrar y qué ganarían los hogares chilenos usando medicamentos genéricos en vez de sus equivalentes de marca?», se titula un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que apunta a que si decidieran adquirir un bioequivalente de ese tipo ahorrarían un 10% anualmente de lo que destinan a los remedios.

Categorías de fármacos

Según información del Instituto de Salud Pública (ISP) y del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), los fármacos vendidos en Chile se pueden clasificar en tres grupos en relación con su bioequivalencia: los originales o innovadores; los similares o copias de marca; y, finalmente, los genéricos bioequivalentes.

Estos últimos son versiones alternativas de un original, con los mismos principios activos, que se comercializan cuando la patente del innovador ha expirado y las autoridades certificaron su calidad, seguridad y eficacia.

Los genéricos se conocen por su Denominación Común Internacional (DCI): por ejemplo, el paracetamol no es solo el nombre del famoso remedio que está en todas las casas, sino que también del principio activo que lo compone. Estos fármacos suelen ser más económicos que los originales o los similares de marca.

Resultados

De acuerdo con el estudio, en promedio, los fármacos de marca cuestan seis veces más que los productos genéricos sin marca, diferencias que implican un ahorro potencial anual estimado en US$ 283,2 millones.

Para los hogares, en términos proporcionales, esto podría significar un ahorro del 3,8% del gasto de bolsillo en salud y un 10,3% de lo que destinan a medicamentos (ver infografía).

Juan Pablo Atal, profesor asistente del Departamento de Economía de la Universidad de Pensilvania y uno de los cuatro investigadores a cargo del estudio, afirma que el desembolso en remedios «es un canal interesante de mirar para pensar en estrategias de ahorro para las familias y las personas en general».

Añade que «en Chile, la cobertura financiera para el gasto en fármacos depende de distintos programas. No existe un seguro general que los cubra de forma amplia, como ocurre en muchos otros países».

Información ciudadana

La decana de la Facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud de la U. San Sebastián, María Teresa Valenzuela, comenta que «un medicamento innovador pasa por todas las fases de investigación, son años de desarrollo de un producto.
En cambio, el genérico es una copia de ese medicamento, pero para demostrar que es equivalente al innovador, tiene que hacer los estudios de bioequivalencia (… ). Cuando se logra, el ISP le otorga la posibilidad de que en su caja lo señale con un fondo amarillo y letras rojas».

Por lo mismo, sostiene, es necesario que exista «una educación más profunda hacia la comunidad para comprender bien qué es un medicamento bioequivalente».

Lo anterior es aún más importante en el contexto de que el país «muestra cada vez más una población con alta carga de enfermedades crónicas y un elevado uso de fármacos diarios», advierte Enrique Paris, exministro de Salud y presidente del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la misma casa de estudios.

Jaime Mañalich, quien era ministro de Salud cuando en 2014 se promulgó la Ley de Fármacos, comenta que esa norma «implicaba que los médicos tenían que prescribir los remedios por el nombre genérico. Pero no se ha respetado adecuadamente y siguen poniendo, a veces, la marca en sus recetas».

Añade que «estamos en un escenario en que ocurre esto por falta de fiscalización». En esa línea, Paris acota que la vigilancia «debe ocurrir en la farmacia, pero también se debe educar a la población sobre las opciones». Mañalich, además, menciona la importancia de restablecer la discusión en el Senado «del proyecto de Fármacos 2, que debiera mejorar la situación».

Una de las acciones para bajar el precio de los medicamentos es la Ley de la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast), que desde 2020 permite que las farmacias compren a un precio más barato los fármacos mediante el organismo estatal, para luego expenderlos con un precio máximo de venta al público.

Jaime Espina, director de la Cenabast, dice que «hay 750 farmacias independientes, más la cadena Salcobrand, funcionando con la ley.
Y queremos seguir creciendo». En ese sentido, plantea que «u n porcentaje muy alto, casi llegando a un 40% de los medicamentos que vendemos, tanto por esta ley como las farmacias comunales, es para enfermedades crónicas.
Y eso habla de personas que los usan sistemáticamente para control».



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